Cierro los ojos, cojo aire por la nariz y lo suelto lentamente por la boca, suficiente para adentrarme en la Tierra Media. Estoy cerca de la Comarca y ya se ven a los Hobbits trabajando en sus tierras mientras otros parecen estar organizando una fiesta de cumpleaños, o tal vez sea la “despedida” de Bilbo… pero no nos pongamos tristes amigos, aunque fuese una despedida, tenemos el comienzo de mi reflexión, deberiais de estar contentos, ya habrá tiempo de despedirnos de Bilbo más tarde.
Quiero comenzar esta reflexión con la amistad, y para eso nos tenemos que hacer la pregunta ¿Qué es la amistad? Pues para mí, hay varias clases de amistades, desde mi punto de vista lo podría clasificar en:
La amistad con corazón: solo se puede contar con una mano y sobran los dedos, son aquellos amigos que lo dan todo, incluso la vida por ti, es lo que se llama la amistad verdadera. Por ejemplo, Sam nunca se separa de Frodo, a pesar de llevar el anillo, no cae en la tentación por poseerlo. “Llegaré, aunque deje todo menos los huesos por el camino. Y llevaré al señor Frodo a cuestas, aunque me rompa el lomo y el corazón.” (Sam).
La amistad camaleónica: puedes contarlos con los dos dedos de la mano e incluso los de los piés, abundan en la Tierra Media y sobre todo en el Planeta Tierra. Un ejemplo de ello es cuando Gollum, al principio se hace amigo de Frodo y Sam, con la excusa de guiarlos al fuego de Orodruin para destruir el anillo, pero su verdadera intención al principio era recuperar el anillo. Poco a poco se ve que Gollun se va humanizando y esa amistad verdadera empieza a brillar por primera vez en mucho tiempo, convirtiéndose otra vez en Sméagol.
Si nos adentramos en el planeta Tierra dejando de lado un momento la Tierra Media, debo decir, que yo he tenido muchas “amistades camaleónicas”, pero… ¿y quién no?. Son esos amigos que se mueven solamente por interés, por poner un ejemplo, es el típico mensaje que recibes por Whatsapp, de ese amigo que hace años que no sabes nada de él, pero de repente, ves esa notificación del mensaje en el smartphone, y tú emocionado de que se haya acordado de ti, lees el mensaje, y le contestas, “pues muy bien tío, cuanto tiempo, y tú ¿qué tal? ¿Qué es de tu vida?”, “bien también, aquí andamos”, y de repente te suelta, “oye, no tendrás por casualidad el cd de windows XP”, y tú… “eh sí, claro que sí, ven a buscarlo cuando quieras”… luego viene la parte en que dejas las cosas y nunca más las vuelves a recuperar.
Me gustaría seguir reflexionando sobre la persona que desea tenerlo todo, pues creo que es comparable con el anillo del poder o el dragón que sale en el Hobbit. Así como Thorin II, el Rey, quiere recuperar su trono y el oro, prometiendo repartirlo después con su pueblo, pero poco a poco, al ver tanto oro, va enfermando, hasta tener la “enfermedad del dragón”, cuanto más oro ve, más quiere.
Esto me hace recordar a muchas cosas, quizás esté equivocado con lo que vaya a decir, pero creo, que en el mundo en el que vivimos, ha perdido el rumbo, el norte, el camino, el sendero, la Estrella Polar ha dejado de brillar, y la Tierra se ha convertido en una nave ingobernable. Se ha tropezado y desviado en un camino oscuro, donde solo se puede ver una luz a lo lejos que parece un ojo y vamos hacia ella.
Nos encontramos inmersos en un mundo lleno de injusticias, donde se premia y aclama a aquel que lo tiene todo, donde la riqueza es la cúspide de una pirámide deforme y mal hecha, si eres rico eres el mejor, si eres pobre, no eres nadie. Por otro lado, las guerras son la excusa perfecta para robar más recursos, como el petróleo. Pero esos recursos cuestan millones de vidas y a ¿quién le importa? pero la vida sigue, la gente se olvida, vuelve a amanecer y lo que fue un ayer, dará igual, mañana me compraré la nueva Playstation 5 y me comeré un McDonalds, mientras la sociedad y la cultura se centran en el ocio y en el placer, el egoísmo de la persona y el individualismo rompe con la identidad del ser humano.
Igual me he pasado con toda esta palabrería, pero me gustaría llamarlo o resumirlo en una palabra, “TENTACIÓN”, la tentación de tenerlo todo, de poseerlo, de ser todo tuyo, tu tesoro, de tener todo el poder y ser el más grande. Pero quizás haya aún ESPERANZA, quizás.
Estoy bastante alterado ahora mismo, me vuelvo a la Tierra Media, me siento más seguro y tranquilo en la Comarca. Además os puedo asegurar y contar cómo este pueblo consiguió unirse como una piña con otros pueblos y razas, luchando juntos para vencer al mal, a Sauron y a su ejército, a pesar de que los elfos y los enanos se llevaban mal durante cientos de años, que ni siquiera se podían llegar a ver. Pero dejan de lado sus problemas, es más, olvidan su pasado y sus batallas sufridas entre ambos bandos, y juntos nace una nueva luz de esperanza, mirando el presente y hacia el futuro, se unen como una familia y crean un vínculo, un lazo de una amistad verdadera, que les llevarán a la victoria.
“Gimli – Jamás pensé que moriría peleando junto a un elfo.
Legolas – ¿Tampoco junto a un amigo?
Gimli – Eso sí, sin dudarlo”
El Señor de los Anillos: el retorno del Rey (2003)
Desde entonces en la Tierra Media, les ilumina una Estrella Polar, y donde hay una una Estrella Polar hay un camino.
Y para terminar debo volver a la Comarca para despedirme de Bilbo, que finalmente parece ser que sí, que vuelve a las andadas, es una fiesta de despedida que están organizando para él. Gandalf, Frodo, Sam y Sméagol están a punto de tirar unos fuegos artificiales, mientras los Elfos lanzan unas flechas de fuego hacia el cielo iluminando toda la Comarca. Hasta siempre Bilbo, buen viaje.
Abro los ojos lentamente, suelto el aire de golpe y empiezo a respirar normal, y aquí todo sigue igual.

Soy David, estudiante del último año del Grado en Educación Primaria en la Universidad Católica de Ávila. Mi objetivo es compartir mis conocimientos y experiencias en el campo de la educación, así como explorar temas de interés en el ámbito educativo.
Saludos.